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EL DIBUJO EN LOS NIÑOS/AS CON SINDROME DE DOWN

  • Foto del escritor: Nicolas Ramos
    Nicolas Ramos
  • 28 jul 2022
  • 7 Min. de lectura


Autor: Lic. Gustavo Nicolás Ramos



INTRODUCCION


El juego y dibujo dentro de la clínica suele ser una herramienta utilizada en las primeras sesiones para el acercamiento, creación de vínculos con niños/as que asisten a una consulta. Durante los procesos de psicodiagnostico suelen usarse dichas intervenciones y técnicas, que forman parte de la batería de test necesarios para analizar al paciente. Sin embargo, algunos profesionales utilizan estas herramientas en escasos momentos de atención con niños/as en consultorio, la visión de aquellos padres que concurren a las sesiones acompañando a sus hijos/as observan y en algunas ocasiones cuestiones las intervenciones del profesional al momento de intervenir.


Padres y madres consideran en algunas ocasiones que aquellos servicios pagados al profesional, pareciera que son desperdiciados al enterarse que durante las sesiones el paciente realiza distintos tipos de juegos o dibujos, considerando que esta forma de intervención es poco profesional o que lo mismo podría realizarse en el hogar sin necesidad de acudir a un psicólogo. Pero es aquí donde los profesionales consultamos a los padres, ¿Cuánto tiempo juegan con sus hijos/as? ¿Cómo suelen ser esos juegos? Y realmente ¿se hace el espacio necesario para jugar con los integrantes de la familia?



El juego dentro de la clínica psicoanalítica resulta ser una puerta de trabajo e interacción con el inconsciente de aquel niño/a que es traído a sesión, debido a que no todo lo que parece juego es juego. Liberman, D. a et. (1984) nos mencionan que el juego está organizado igual que una frase, de modo que cada una de sus partes están interrelacionadas; donde cada una tiene su valor en función de la otra, según las reglas propias. Este juego se construye por medio de las acciones, actitudes posturales y verbalizaciones.

Por otra parte, el dibujo representa una herramienta proyectiva de aquellas fantasmatica que el niño/a manifiesta por medio del trazo. Según Rodulfo, M. (1992) que en el dibujo el niño/a expresa más fácilmente sus quejas reprimidas, sus agravios y sus odios. Esta brota de forma directa del inconsciente.


Por ello, podemos pensar en que el juego y dibujo nos ponen en la mesa de la clínica, todos aquellos significantes y significados que el menor plasma en sus producciones gráficas, a las cuales debemos descifrar, escuchar y explorar su significado, que rol cumplen dentro de las construcciones yoicas del menor. Pero en estas instancias nos consultamos a su vez, ¿las producciones gráficas y los juegos en sesiones con niños o niñas con discapacidad es diferente? ¿Cómo juego los niños/as con discapacidad? ¿Qué fantasmatica, conflictivas inconscientes, significantes o significados encontraremos en estos pacientes?


EL DIBUJO EN JÓVENES ADOLESCENTES CON SÍNDROME DE DOWN


El dibujo refiere una creación del sujeto humano, que nos permite al igual que el juego, sueños y lenguaje, tener un acceso a la vía del inconsciente. En el caso de las producciones gráficas, es decir, los dibujos son algo propio y personal del niño/a y adolescente o adultos expresan las fantasías, los mitos, conocimientos y sentimientos tanto de su realidad interna o externa.


El dibujo no es algo azaroso, sino que es una escritura que nos dice algo acerca de este paciente. Puede presentarse las situaciones donde no lo sabemos leer porque se nos presenta de manera enigmática, o se deja de lado o se intenta explicar con palabras simplista.


Schorn. M (2020) nos menciona que, en el caso de los dibujos de adolescentes con discapacidad intelectual, sus proyecciones no solamente encontraremos la marca del retraso intelectual sino también podemos captar:

  • El grado de integración de su esquema corporal

  • La imagen inconsciente de si

  • El descubrimiento de representaciones graficas que denotan una débil estructura psíquica.

  • Reconocer que los dibujos con excelente canal de comunicación con estos pacientes.

  • Revisión de la secuencia grafica a través de los años sirve para visualizar el crecimiento de la subjetividad y permite compartir junto a otros profesionales la evolución de este paciente.

Tomás es un joven de 12 años con síndrome de Down, que llega a consulta en septiembre de 2021, por derivación del médico pediatra. Actualmente vive con su madre, sus padres biológicos se encuentran separados, tiene un hermano de 16 años compartido con sus padres progenitores, y una hermana de 3 años perteneciente a la nueva pareja de su padre. Tomás se muestra como un joven alegre, lleno de energía, siempre dispuesto a trabajar y participar de diversas propuestas. Él se encuentra escolarizado en modalidad de educación especial.


El paciente a lo largo de sus años tuvo concurrencia inconsistente a terapias de psicopedagogía, fonoaudiología y psicología. Actualmente su lenguaje es muy reducido, poco claro, con la utilización de señas básicas para su entendimiento, dentro de sus conocimientos escolares presenta escasos contenido para su edad cronológica; reconocimiento de vocales, escritura del nombre propio con presencia de errores, reconocimiento de escasos números y letras, sin lecto-escritura. Desde el contexto familiar, se detalla una falta de acuerdo entre los progenitores para la crianza de Tomás, quien elige donde compartir más tiempo, reconociendo que ámbito posee límites y reglas familiares, cual no cuenta con ellas.

Al trabajar con este caso, y comenzar a evaluar a Tomás, vamos detallando que es un joven adolescente que disfruta de realizar producciones gráficas, en un comienzo sus dibujos se encuentran formados por círculos pequeños y grandes, sin diferenciación de figura humana, donde él agrega una descripción a sus trazos, sin poder identificar cada una de las partes que se mencionan. Por ello, recaemos en lo mencionado por Rodulfo, M. (1992) quien refiere en su artículo la diferenciación de los ocho tiempos en la constitución temprana, legibles a través de esta construcción gráfica; en el caso de Nahuel encontramos una pluralidad de círculos, que a lo largo de un año va evolucionando y conciliando una construcción más certera de la figura humana.


Al regresar de las vacaciones de verano, se hace presente en las representaciones graficas de él, distintos dibujos relacionados a una compañera de escuela, la cual es mencionada como su enamorada, resaltando con “corazones”, mostrando su propia figura humana más definida y resaltando la necesidad de mostrar sus “músculos”, estas proyecciones de Tomás, abren la hipótesis de su despertar sexual, al ir indagando en cada una de las sesiones, conjuntamente con su grupo familiar, docentes de apoyo, y docentes de grados, se detectan distintas conductas sexualizadas en él. Este comportamiento suele ser sostenido y no trabajado en la familia, evitando afrontar el tema, interviniendo desde una posición de negación ante la sexualidad propia, castigando o asociación este comportamiento como algo indebido, pero a su vez contradictorio en el discurso familiar, es decir, por un lado presentando a una madre atemorizada por las conductas que presenta su hijo en su ámbito sexual, sin embargo sosteniendo conductas vinculares madre-hijo cargadas de una libinización; “besos en la boca, al momento de despedirse”, “accesibilidad en tocar el cuerpo del otro”, “falta de límites en relación al espacio personal” , etc.


Actualmente se trabaja en el acompañamiento del menor brindando información y actividades correspondientes a la tematica de su sexualidad, reconocimiento corporal y exploración sexual, en conjunto con la familia y docentes de grado. Al detectar este tipo de conductas por medio de las proyecciones gráficas, consideramos que las distintas técnicas aplicadas en el enfoque clínico, nos dan una respuesta y apertura a las instancias inconscientes del paciente, detectando aquellos deseos y pulsiones que se manifiestan en el juego y dibujo del menor, valorando los aportes que se nos brindan cada una de las herramientas clínicas dentro del área de discapacidad.


CONCLUSIÓN


El análisis frente a este caso en conjunción con lo expuesto a lo largo del seminario, nos da la posibilidad de evaluar en mayor profundidad aquellas instancias que forman parte muchas veces de un psicodiagnóstico al cual no se le brinda el suficiente tiempo y no nos habilitamos a indagar más en aquello que ocurre frente a un paciente en este juego o dibujo que nos trae a escena. Además, nos hace repensar en lo que cada autor va plasmando a lo largo de sus textos que las diferenciaciones en cuanto a un adolescente con o sin discapacidad, en este caso una discapacidad intelectual, nos habla y muestra más que solo sus faltas cognitivas, escolares, de comprensión, que habitualmente se enfocan muchas técnicas psicométricas y proyectivas.


El dibujo y juego representan una herramienta importante en contenido inconsciente para la clínica psicoanalítica con adolescentes y niños/as con o sin discapacidad, debido a que es aquí donde ellos logran exponer sus conflictivos personales, instancias emocionales, pulsiones y deseos que el sujeto trae consigo por medio de sus fantasmaticas inconscientes, representadas en el grafismo y el discurso que suele a veces acompañar al juego en sí. Desde una experiencia personal, en mi formación profesional no se le brindaba el tiempo necesario ni los autores que trabajan en profundidad este campo, estas técnicas suelen ser cuestionadas en validez no tan solo por los mismos colegas, sino por la propia familia del paciente al no conocer lo que el sujeto intenta trasmitir en ello. Recordemos, además, que muchas de las técnicas o test suministrados en ciertas ocasiones a los pacientes con discapacidad no suelen estar pensadas o tabuladas para ellos, generando un espacio limitante para este paciente con discapacidad, sosteniendo la prerrogativa de encasillar a una persona frente a su discapacidad, en validación de aquello que no poseen en función de otro que resulta ser un sujeto completo y validado ante el resto, a lo cual deberíamos parecernos.


El caso de Tomás, dio la pauta para poder confeccionar nuevas formas de intervención, poder determinar que estos elementos inconscientes estaban reflejados en otros aspectos de su vida y conducta, detectados por su ámbito familiar, profesionales, a fin de conciliar nuevas instancias de acompañamiento para comenzar a trabajar en lo que este paciente nos está llamando a escuchar.



BIBLIOGRAFIA


  • Carbonetti, D., & Carbonetti, G. (2000). Vivir con un hijo Down: este libro es la historia de Guido, un niño disminuido, y de sus padres... Cooperación Editorial.

  • Liberman, D., Fernández Bravo de Podetti, R., Miravent, I., & Waserman, M. (1984). Semiótica y psicoanálisis de niños. In Semiótica y psicoanálisis de niños (pp. 215-215).

  • Rodulfo, M. (1992). El niño del dibujo: Estudio psicoanalítico del grafismo y sus funciones en la construcción temprana del cuerpo. In El niño del dibujo: estudio psicoanalítico del grafismo y sus funciones en la construcción temprana del cuerpo (pp. 160-p).

  • Schorn, M. E. (2020). Discapacidad: una mirada distinta: una escucha diferente: reflexiones psicológicas y psicoanalíticas. – 1ª ed. 5ª reimp. – Buenos Aires: Lugar Editorial.






 
 
 

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