LA INSERCIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA AL SISTEMA EDUCATIVO
- Nicolas Ramos
- 29 may 2021
- 13 Min. de lectura

INTRODUCCIÓN
La elección de esta temática a trabajar dentro del artículo, se relaciona en forma particular y profesional, con la experiencia que he ido adquiriendo en el campo de las integraciones de jóvenes sordos, con un rango de edad entre los 14 a 23 años, quienes se encuentran a travesando una etapa educativa con el fin de terminar sus estudios, ya sean primarios o secundarios.
A lo largo de los años, la educación de personas con discapacidad auditiva, fue un tema de debate, desde los aspectos educativos en diversas modalidades, atenuando dicha conflictiva con el único modelo conocido hasta ese momento que respondía a la Oralidad de las personas sordas. Diversos centros educativos a lo largo de los distintos países, determinaron que aquellas personas que presentaban algún tipo de discapacidad auditaba, debían apegarse a una educación oralista, sin presencia de la Lengua de Señas, con el fin de acercarse lo más posible al concepto de normalidad, que se manejaba en nuestros tiempos. Esta visión y metodología implementado en escuelas, nos habla de aquel modelo rehabilitador que se encontraba presente en la sociedad y la perspectiva que se tenía acerca de cualquier tipo de discapacidad.
Actualmente, los cambios de paradigma, y las nuevas formas de trabajar con un modelo social, acerca de la discapacidad, hacen que viejas antinomias, sean abandonadas, para dar pasos a nuevas herramientas, circunstancias y posibilidades para las personas con una discapacidad auditiva.
En estos dos últimos años, he sido convocando en mi localidad, en repetidas ocasiones para trabajar junto a docentes especiales, para realizar una instancia de integración escolar de jóvenes sordos, ya que al conocer la Lengua de Señas Argentina, esto permite que pueda asistir a las clases junto a los alumnos sordos e ir traduciendo en LSA las clases orales, explicando textos demasiados largo, brindando asesoramiento a docentes y herramientas de evaluación que brinden igualdad de oportunidades a los estudiantes con discapacidad auditiva. Además se agregó dentro de las clases de la institución, la posibilidad de brindar LSA a sus compañeros de aula, con el fin de generar un espacio de comunicación, esto beneficio el desarrollo escolar, emocional y social de la joven sorda, que estaba realizando sus últimos años de secundario.
De esta forma, surgen algunas inquietudes en lo que responde a la inclusión de las personas con discapacidad auditiva dentro de los sistemas escolares, poder conocer herramientas que sean necesarias para su inclusión y el trabajo que debe llevarse a cabo dentro de las instituciones escolares, teniendo un previo conocimiento acerca de la Discapacidad y la Educación.
Según Plantea Aguerrondo (2021) la educación tiene la función de distribuir el conocimiento en la comunidad para su sustentabilidad. Esta educación contempla un triple objetivo de formación; el desarrollo personal, la ciudadanía y la productividad. Orientándose a formar personas autónomas en su vida personal y social, capaces de participar en emprendimientos, con automotivación y capacidad innovadora.
Entonces, ¿Cómo influye esta propuesta de educación en la actualidad y nuestro sistema educativo? Siguiendo a dicha autora, podemos decir que los sistemas escolares no alcanzan, ya que la oferta de conocimiento debe estructurarse a través de sistemas de educación, convirtiéndose en complejos ecosistemas, que presentan una constelación de oportunidades de aprendizaje, producida por diversas oferentes, entre los que resalta es el Estado.
En Argentina, no existen barreras legales para el acceso a la educación superior, la incorporación o el egreso de las personas con discapacidad. Por el contrario, estas instancias están contempladas y acogidas por la ley; el artículo 2 de la Ley N ° 24.521 de Educación Superior, establece que: “el estado, al que le cabe la responsabilidad indelegable en la prestación del servicio de educación superior de carácter público, reconoce y garantiza a cumplir con ese nivel de la enseñanza a todos aquellos que quieran hacerlo y cuenten con la formación y capacidad requeridas”. (p. 1)
Este artículo fue posteriormente reformado por la Ley N ° 25.573, sancionada en el año 2002; agrega que el “estado deberá garantizar asimismo la accesibilidad al medio físico, servicios de interpretación y los apoyos técnicos necesarios y suficientes, para las personas con discapacidad.” (p. 1)
Por otra parte, el artículo 13 indica que los estudiantes de las instituciones estatales de educación superior tienen derecho a ingresar al sistema sin discriminación de ninguna naturaleza, obtención de becas, créditos y otras formas de apoyo, que avalen la igualdad de oportunidades y posibilidades, para el acceso y permanencia en los estudios de grado. (Pugliese, J., Acquier, L. F., & Larrea, M., 2005)
Legalmente los derechos de las personas con discapacidad son reconocidos y avalados ampliamente, es considerable que pocas personas con discapacidad consigan asistir a la universidad. Esto se debe a múltiples variables: en primer lugar, el sistema educativo en Argentina que es progresivo, es decir, un número relativamente escaso de personas con discapacidad subscriben a la educación básica y media regular, y es por ello que un número aún menor consigue acceder a la educación superior.
Delors, J. (1996) explica que la educación debe transmitir, de manera masiva y eficaz, conocimiento teóricos y técnicos evaluativos, adaptados a la civilización cognitiva, porque son las bases de las competencias del futuro, es decir, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes que son fundamentales, para cada persona y su conocimiento;
· Aprender a conocer: lo cual consiste en aprender a comprender el mundo que la rodea, con el fin de vivir de manera digna, desarrollar capacidades profesionales y comunicarse con los demás. En otras palabras, esto conllevaría a una ejercitación de la atención, memoria y pensamiento.
· Aprender a hacer: si bien se entiende que tanto el Aprender a conocer y el Aprender a hacer se encuentra ligados, lo segundo se vincula a la cuestiones de la formación profesional. Los aprendizajes deben, evolucionar y ya no pueden considerarse mera transmisión de prácticas más o menos rutinarias, aunque estos conserven un valor formativo que no se debe desestimar.
· Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás: la educación tiene una doble misión, lograr ensenar la diversidad de la especie humana y contribuir a una toma de coincidencia de las semejanzas y la interdependencia entre los seres humanos. El descubrimiento del otro pasa forzosamente por el descubrimiento de uno mismo.
· Aprender a ser: Este desarrollo tiene por objeto el despliegue completo del hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y sus compromisos.

Estos fundamentos propuestos por dicho autor, al examinarlos desde una práctica profesional cuestan identificarlo, o podemos denotar solamente uno de ellos. Desde mi experiencia personal con la joven sorda, se lograba identificar una visualización del grupo familiar y los directivos de la institución escolar, donde el único objetivo al parecer para esta joven, era terminar sus clases, recibirse no importaba si la ayuda o las actividades escolares las realizaba ella o sus docentes de apoyo, lo importante era que pasara y no quedara. Esto denota una gran falta de aprendizaje en distintas esferas, donde pareciera que la educación de personas con discapacidad, lo único que debe aferrarse es adquirir un concepto, repetirlo y terminada su aprendizaje.
Hoy en día sabemos que la educación de las personas con discapacidad más allá de una mera memorización de conceptos y repetición oralista de definiciones abstractas, sin significación para el sujeto que las estudia. Y es aquí donde entra en juego diversos conceptos, determinando desde que modelo nos colocamos para trabajar junto a las PCD, hablar de inclusión o integración, etc.
En general, los mayores obstáculos que enfrenta una persona con discapacidad en Argentina para acceder, permanecer y egresar de la educación superior están relacionados a las barreras actitudinales, a la percepción social sobre la discapacidad, dado que aún existen prejuicios relacionados a la discapacidad que suscitan grandes conflictos.
Por último, en las universidades argentinas y sus ambientes aún son importantes las barreras físicas (arquitectónicas y urbanísticas) y comunicacionales que deben enfrentar las personas con discapacidad.
Pugliese, J., Acquier, L. F., & Larrea, M. (2005), resaltan que el derecho a la educación es universal y aunque la Ley de Educación Superior ampara los derechos de las personas con discapacidad a acceder a la educación superior y proseguir sus estudios académicos en ese nivel, no existen normativas que reglamenten estos derechos para las personas con discapacidad. Solamente se aplican aquellas leyes y decretos que tienen un carácter general.
En este sentido, los estatutos de las universidades contemplan y defienden el principio de igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, el principio de respeto a los derechos humanos y el principio de no discriminación, reglamentando el ingreso en términos generales.
La educación, inclusión, integración de las personas con discapacidad auditiva
A simple vista la educación de las personas con discapacidad auditiva, se une a una lista interminable de problemas educativos, como son los problemas educativos relacionados con la educación rural, educación de clases populares, etc. Estas representan minorías que suelen sufrir una misma exclusión, en procesos educativos culturalmente significativos.
En determinadas ocasiones la educación a personas sordas, como la práctica que aborda deficiencia, induce a un debate educativo profundo, contemplando bajas expectativas pedagógicas; atribuidos a culpas naturales de los propios deficientes.
A lo largo de procesos históricos la educación especial posee una tendencia a la producción y reproducción del modelo clínico de la deficiencia. Estas son sin dudas tópicos subteorizados, los sujetos de esta educación especial fueron narrados, juzgados, pensados, por profesionales que trabajaban con ellos considerándolos objetos de estudio dentro de un discurso de control. El cuidad y el tratamiento sirvió a su propósito institucional de exclusión, aunque fracaso en la comprensión y justificación de su propia historicidad, principios, etc.
Por otra parte, el discurso de la deficiencia oculta, tras su aparente cientificidad y neutralidad, el problema de la identidad, alteridad y la cuestión del Otro, en su complejidad; este discurso de la deficiencia puede enmascarar la cuestión política de la diferencia. (Skilar, C. (2001))
En este contexto donde la educación de personas sordas tiene que situarse y dejar de lado la apatía y la monotonía de las discusiones de la comunidad oyente sobre el lenguaje, surge una nueva propuesta como es la educación bilingüe. La educación bilingüe es un punto de partida, que debe buscar una ideología y una arquitectura escolar a su servicio. La misma es un reflejo de aquellas situaciones y condiciones socio-lingüísticas de la propia comunidad sorda.
Según Skilar, C. (2003) la educación bilingüe para sordos debería;
Crear condiciones lingüísticas y educativas, para el desarrollo bilingüe y bicultural de esta comunidad.
Brindar un cambio de status, conocimiento y uso de las lenguas.
Promover el uso de la lengua de señas.
Difundir la LS y la cultura de las personas sordas, más allá del ámbito educativo.
Sin embargo desde la perspectiva de las personas con discapacidad auditiva o comunidad sorda, las mismas no se encuentra conforme con la educación bilingüe, o con aquellas modalidades de educación bilingüe, y esto se debe a la falta de compresión de las personas sordas, estipulando que deban aprender primero el español oral, sino que aprendan primero el español escrito para que puedan leer, comprender y escribir.
Druetta, J. (2008), sostiene que hay una brecha muy amplia y negativa en la educación de las personas sordas, que no han sabido desarrollar la lectoescritura, que ha disminuido el conocimiento de los conceptos, de las palabras, metáforas, frases, expresiones y otras formas de la lengua escrita. El español oral no representa el único método de desarrollo de conocimientos en las personas.
La educación oral nunca instruyó teniendo en cuenta las distintas formas literarias. La educación bilingüe que se implementa en Argentina a través de Ministerios de Educación de la Nación, en las cuales han hecho leyes y decretos, puestos en funcionamiento en distintas instituciones educativas, no cuentan con la opinión de la comunidad sorda acerca de cuál es la educación que beneficia a las personas sordas, ni cómo debería llevarse a cabo.
Más allá de incorporación de la lengua de señas en algunas instituciones educativas, no hay un planteamiento claro de cómo se llegan a aprender dos lenguas muy distintas. La lengua oral es una herramienta para comunicarse con las personas oyentes, pero la forma en que se la enseña, sólo como reproducción del habla, es bastante limitada para la comunicación eficaz y no ayuda a la lectura y la interpretación del texto. (Druetta, J., 2008)

De acuerdo a lo trabajado, cabe replantearse ¿la educación bilingüe para escuelas con personas sordas, es contemplada por algún modelo o sistema educativo? ¿Existe un modelo único de educación bilingüe? estas interrogantes, como algunas más son cuestionamientos que abundan a lo largo del análisis del biculturalismo. Podríamos decir, que no existe un modelo de educación de este tipo universal, debido a las condiciones de la Lengua de Señas, las diversas culturas donde se da, complejidad y demás factores, que presentan diferentes propuestas y objetivos.
Retomando la experiencia profesional, al trabajar con la joven sorda que cursaba sus años de secundaria, lo que se intentó trabajar desde el equipo interdisciplinario, abocar a una enseñanza compartida y bilingüe, teniendo en cuenta sus necesidades y opiniones, brindando a sus compañeros de clase la posibilidad de conocer más acerca de esta compañera con discapacidad, como así también los distintos docentes que informan haberse sentidos acompañados en el trabajo con personas con sordera. Todos en aquel entonces nos enfrentábamos a nuevas experiencias, miedos, expectativas por cumplir, es decir, la ansiedad de brindar un espacio de inclusión para dicha joven se pudo lograr, con el acompañamiento adecuado y por sobre todo, la involucración de la joven en sus proceso de aprendizaje.
En relación a la involucración de los jóvenes sordos en sus procesos de aprendizaje, podemos retomar el Aprendizaje Basado en Proyectos. Según explica Blanco, A (2020) el ABP, refiere a una transformación social, nuevas formas de aprendizaje, acceso a información, avances tecnológicos, etc. El mismo es un método de enseñanza sistemático que involucra a los estudiantes en el aprendizaje de conocimiento y habilidades por ello de un proceso de investigación estructurado en torno a preguntas complejas y auténticas, con productos cuidadosamente diseñados.
El ABP no intenta reemplazar la sapiencia de diversos saberes sino que se basa en ellos. El conocimiento que es significativo es perdurable en el tiempo, permitiendo luego transferir las enseñanzas a nuevas situaciones.
¿Integración o Inclusión Educativa de personas sordas?
Diversos sucesos en el siglo pasado, nos brindaron la posibilidad de dar un giro y brindar una mejor calidad de vida, aquellas personas con discapacidad, que hasta hace pocos años se encontraban bajos las lupas del prejuicio, falta de empatía, medicalización, anormalidad, deficiencia y medicalización. Hoy se contempla una holística sumamente mayor, con el fin de participar y construir en conjunto a la persona con discapacidad, una aceptación y pertenencia a su comunidad, derribando diferentes tipos de barreras, preconceptos acerca de lo que una persona con discapacidad puede o no realizar.
Borsani, M. (2018) explica que en nuestro país se han llevado adelante diversos grupos de padres, profesionales y organizaciones vinculadas a la comunidad de discapacidad, con el fin de consignar la Integración Educativa de las PCD. Además, se le suma tres hechos que contribuyen a la consolidación y dan un marco legal dentro de esta década: Ley Federal de Educación, creación del INADI y la Ley de Discapacidad. Para luego dar paso a al concepto de Necesidades Educativas Especiales (N.E.E) referenciada en la Declaración de Salamanca, y acogida por varios países.
Las escuelas integradoras constituyen un momento cable de apertura de las escuelas tradicionales. Dicho modelo enfatiza las N.E.E de las personas a integrar y propone una serie de intervenciones técnicas para compensarlas y lograr el objetivo. Estos establecimientos intentan correr la mirada del déficit y dirigirla a la atención de necesidades educativas que se presente en cada alumno para posibilitar su aprendizaje. Se lograr ubicar en la integración una instancia de transición desde el paradigma de la segregación hacia el paradigma de la inclusión.
Por otra parte, la educación inclusiva representa la capacidad del Sistema Educativo para atender a todos, niños y niñas, sin exclusiones. El objetivo de la educación inclusiva apunta a que todos los estudiantes pertenecientes a determinada comunidad logren aprender de manera conjunta a sus compañeros, más allá de sus condiciones personales, sociales y culturales. La misma daría respuesta a las necesidades educativas de sus alumnos y alumnas, entendiendo aquella diversidad de su aula, respetando y comprendiendo los diferentes tiempos y modos de aprender y propone una enseñanza diversificada.
La educabilidad es un concepto amplio que no necesariamente se restringe a la figura de conocida “capacidad de aprender” de una persona sino que se vincula también con los modos de enseñar, dispositivos y prácticas de enseñanza, es decir, que la cuestión no es si los alumnos deben recibir educación especializada aislada o junto a un grupo de pares sino que pasa por cómo se puede responder mejor a sus necesidades educativas teniendo en cuenta la condición del diagnóstico, sin que este desvié el objetivo del proyecto escolar.
La inclusión no implica, una adaptación pasiva del aprendizaje a las modalidades de otros o de alguna institución. Todo lo contrario, sino que la misma resignifica el valor de la representación social atribuida al concepto de discapacidad y postula que depende de la relación que cada persona establece con su entorno.

CONCLUSIÓN
En conclusión, podemos repensar como los sistemas educativos y modelos utilizados dentro de diversas instituciones ponen de manifiesto las faltas y las fallas donde aún se sigue cayendo desde las diversas profesiones. Los psicólogos que se abocan a áreas o ámbitos laborales relacionados con la discapacidad, deben conocer que la misma aún se encuentra encasillada en un modelo viejo y que vela más por el diagnóstico del paciente, antes de comprender y hacer partícipe a esta persona en toda la instancia de aprendizaje, en cualquiera de sus niveles. Nos queda un largo camino por recorrer, y debemos estar preparados para lo que se viene, poder diferenciar conceptos, que el resto de la sociedad considera como iguales, pero son totalmente opuestos.
En lo que respecta a las personas con discapacidad y su educabilidad, creo que debemos brindar aquellas instancias y entender que no tendremos un único modelo, aplicable de manera universal para la enseñanza de las personas con diversidad funcional, se trabaja desde la subjetividad de cada caso, lo cual nos favorecería en nuestra labor.
Desde lo profesional que se venían narrando, sobre el caso de la joven sorda, se intentó trabajar desde esta rama de la inclusión, evitar que solo fue una instancia de integración, sino que realmente se consiguiera una inclusión de ella, dentro del ámbito académico, tanto es así, que para mitades de ese año, la misma ya no se sentaba aislada del resto, se unía al grupo de compañeros para hacer actividades grupales, responsable de su compromiso con el resto, sostener una comunicación con sus compañeros o docentes sin presencia de su interprete hasta donde ella pudiese hacerlo sola. El capacitar y brindar conocimientos a los jóvenes acerca de la realidad de sus compañeros con discapacidad auditiva, hizo que lo mismo la considerara como un igual sin necesidad de concentrarse en aquella dificultad para la comunicación. Recordando que la inclusión educativa no es una opción, sino un derecho
BIBLIOGRÁFIA
· Aguerrondo, I. (2021) “Desde la sociología y política educativa”. Diario Clarín
· ARGENTINOS POR LA EDUCACIÓN (2020) COVID-19: ¿Qué hicieron los países para continuar con la educación a distancia? [Fecha de consulta el 12 de julio 2020]. Disponible en: https://cdn.uc.assets.prezly.com/76061945-2390-4f11-9bff-ef2f8702eb57/-/inline/no/
· Borsani, M. J (2018). “De la integración Educativa a la educación inclusiva. De la opción al derecho”. Ed. Homo Sapiens, Rosario
· Carli, S. (2005) “Niñez, Pedagogía y Política”. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Miño y Dávila Editores Cap. 1- pp.43-47
· Delors, J. (1996.): “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103.
· Druetta, J. C. (2008). La generación X de la comunidad sorda y la lengua de señas argentina. Ethos Educativo, 41, pp.139-166. Recuperado de: https://sancristobal.amgr.es/signos/wp-content/uploads/2011/06/generacion-x.pdf
· Pugliese, J., Acquier, L. F., & Larrea, M. (2005). La integración de las personas con discapacidad en la educación superior en la República Argentina. Buenos Aires: Secretaría de Políticas Universitarias.
· Skliar, C. (2001) “Discursos y prácticas sobre la deficiencia y la normalidad. Las exclusiones del lenguaje, del cuerpo y de la mente”, en Gentili, P. (Org). Códigos para la ciudadanía. La formación ética como práctica de la libertad. Editorial Santillana, Buenos Aires
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